Con.tacto Colombia

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abril 02, 2009

Campesinos de Palmira dejaron de alimentar gallinas para criar mariposas


Foto: Juan B. Díaz



En los zoocriaderos se vive cada día la metamorfosis de las mariposas. Las pupas criadas en veredas de Palmira han 'volado' a Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y otros.

Una pareja caleña vinculó a indígenas y campesinos a zoocriaderos y las venden en el exterior. Ahora las compran hasta para matrimonios.

"La Opsiphanes tamarindi es difícil de criar porque sólo pone un huevo por mata, mientras la Caligo memnon puede poner entre 12 y 16", dice uno de los campesinos vinculados al proyecto.

Distinguen, por su nombre científico, las 41 variedades que crían y lo mismo ocurre a unas dos horas de allí, en el resguardo Río Bravo, donde los embera chamíes también están dedicados a sacar pupas de mariposas para exportar.

"Nos tocó aprender porque a la hora de facturar hay que poner el nombre científico para saber qué cantidad de cada especie estamos enviando", explica Víctor Germán Salazar, de 25 años, uno de los campesinos de El Arenillo.

Enelia Almendra y su esposo, Javier Ignacio Salazar, cuentan, mientras recogen los diminutos huevos pegados a las hojas de la ortiga, que tuvieron que capacitarse durante cinco meses para poder conocer el mágico mundo de las mariposas.

"Es un orgullo que nuestras mariposas, las que ayudamos a criar, las puedan apreciar en otras partes del mundo", dice Salazar.

El 5 por ciento de la producción de los zoocriaderos son liberadas al medio ambiente.

Los Wilches Restrepo de Cali fueron los de la idea de poner a volar las mariposas colombianas en Europa y Estados Unidos. Involucraron a 25 familias de las veredas de Hueco Frío, Iracales, Gualanday y El Arenillo, en Palmira, y a la Asociación Indígena Cristal Chamí, de Calima-El Darién, en su proyecto.

"Es una actividad ambientalmente sostenible, socialmente justa y económicamente rentable", dice Patricia Restrepo, gerente de Alas de Colombia. Su esposo, el pediatra José María Wilches, es quien se inspira para escribir las leyendas que acompañan cada mariposa y Vanessa, la hija de ambos, se encarga de los contactos internacionales.

Las pupas se van, de manera legal, para mariposarios de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Austria y Suiza. Las más apetecidas son las nativas, como la azul celeste, con bordes de un azul intenso (Morfho macropthalmus), que se ve en el Bajo Calima, aunque también piden mucho una menos vistosa: la mariposa buho (Caligo memnon), que vuela de noche y asusta un poco.

Otro mercado que han conquistado es el de los coleccionistas internacionales. A sus manos van a parar las mariposas disecadas, aunque lo máximo que pagan son cinco dólares por especie.

En el mercado nacional ofrecen desde pupas, hasta 54 referencias de artículos elaborados a punta de alas.

Curioso biocomercio
En el mercado local, las mariposas, que son alimentadas a base de guayaba, naranja, piña, mango, papaya y mucha miel de abejas, empiezan a ser las 'invitadas' a grandes celebraciones.




En las bodas, por ejemplo, el arroz ya es cosa del pasado. Ahora, los novios liberan decenas de mariposas. Unas emprenden vuelo de inmediato, otras se pegan a los vestidos de los invitados, y unas más van a parar al pastel. Para los 15 años, la homenajeada deja escapar 15 mariposas. Y las pupas, con la fecha que indica el día en que se convertirá en mariposa, son las reinas en las fiestas infantiles. Esto les permite observar en sus casas el milagro de la vida.

Los campesinos de El Arenillo también hacen cuadros con alas de mariposas, tarjetas, separadores y hasta anillos y otros aderezos de plata.

 Gracias 
GLORIA INÉS ARIAS
CALI

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